La creciente responsabilidad ecológica y el respeto al medio ambiente han dado lugar a una nueva forma de construir: la bioconstrucción. La salud y la supervivencia del planeta dependen, en gran medida, del desarrollo de viviendas sostenibles.
Qué es la bioconstrucción o construcción sostenible
La bioconstrucción es una forma de construir cuidando el impacto medioambiental a través de materiales sostenibles. Es un proceso que trata de reducir la huella ecológica tanto durante el proceso de construcción como durante el aprovechamiento del resultado final y su futura demolición.
Por ello, en la bioconstrucción se utilizan recursos naturales y 100% renovables, se presta especial importancia a la eficiencia energética, se trata de reducir la generación de residuos y se invierten esfuerzos en ampliar la vida útil de la vivienda.
La construcción sostenible no supone únicamente un compromiso ético con el medio ambiente, sino también con la salud de las personas.
Qué hay que tener en cuenta en la bioconstrucción
Para considerar que una vivienda es sostenible no basta con que esté construida con madera o con que cuente con el certificado de eficiencia energética, pues la sostenibilidad solo es posible a través de la puesta en común de un conjunto de factores.
Por tanto, para lograr la responsabilidad medioambiental y poder hablar de bioconstrucción es necesario lo siguiente:
Realizar un estudio geobiológico del terreno
El primer paso para desarrollar una vivienda sostenible es hacer un estudio geobiológico del terreno, es decir, analizar el conjunto de los factores ambientales (naturales o artificiales) que pueden influir en la salud de las personas que van a habitar la futura edificación.
En este estudio se analizan las aguas subterráneas, las fallas geológicas, los yacimientos minerales y cavidades, las radiaciones producidas por campos magnéticos, ondas electromagnéticas o radiactividad del terreno, etc.
Utilizar materiales sostenibles
La sostenibilidad implica, irremediablemente, utilizar recursos naturales, 100% renovables, reciclables, con una transformación reducida y cuya extracción no suponga un daño para el entorno natural.
En la bioconstrucción, por tanto, no se utilizan materiales como el hormigón o el acero, sino que se hace uso de los recursos sostenibles idóneos en cada caso:
- Estructura: tierra cocida, estabilizada o prensada, adobes, madera, piedra, paja, etc.
- Parámetros y morteros: cal hidráulica y grasa, yeso, arcilla, madera, etc.
- Aislantes: cáñamo, lino, celulosa, paja, coco, corcho, arcilla expandida, etc.
- Acabados: pinturas al silicato, a la cal y de arcilla, barnices naturales con base de linaza, etc.
- Pavimentos: barro cocido, mortero, madera, bambú, etc.
Implantar instalaciones que permitan el aprovechamiento de los recursos al máximo
El objetivo principal de la bioconstrucción es reducir la contaminación, por lo que es fundamental contar con sistemas eficientes de agua y electricidad para reducir su consumo en la medida de lo posible.
Para disminuir la contaminación eléctrica es necesaria una buena toma de tierra de menos de 5 ohmios. Además, se puede evitar el PVC (policloruro de vinilo) en el cableado sustituyéndolo por el polietileno, polipropileno o una mezcla de ambos.
El abuso de la electricidad es un problema común en la mayoría de los hogares, pero la arquitectura bioclimática permite aprovechar las condiciones climáticas del entorno para conseguir el máximo confort a través del mínimo gasto eléctrico. Así, se utilizan sistemas pasivos como ventanas y puertas que aíslan la temperatura, evitando la utilización de la calefacción o el aire acondicionado.
Por su parte, las energías renovables constituyen la salvación del entorno natural y el máximo exponente de la eficiencia energética. La energía eólica, solar, biogás y biomasa son algunas de las opciones existentes para convertir la vivienda en un espacio sostenible y evitar el abuso de los recursos naturales.
Respecto a las instalaciones de fontanería, las cañerías y tuberías de las casas convencionales también suelen estar recubiertas de PVC, de manera que conviene utilizar, como en el caso anterior, polietileno o polipropileno.
La bioconstrucción reduce el despilfarro del agua a través de modernos sistemas de optimización y aprovechamiento de este recurso, incluso si proviene de la lluvia.
Beneficios de la bioconstrucción
Ahorro económico
El ahorro energético y de agua deriva en un tercer ahorro, el económico. La aplicación de la arquitectura bioclimática favorece notablemente la reducción de las facturas, de manera que permite subsistir casi de forma autosuficiente sin depender de los sistemas convencionales de agua y electricidad y afrontar facturas abusivas y desmesuradas.
Solidaridad con el planeta y la población
La contaminación es un problema global en el que no existen fronteras, por lo que apostar por la construcción sostenible es una forma de ser solidario tanto con el medio ambiente como con la sociedad
Mejora de la salud y el bienestar
La bioconstrucción no es solo sostenibilidad, sino también salud. Vivir en un hogar sostenible implica, entre otras cosas, respirar un aire de mejor calidad, no estar rodeado de contaminantes y sustancias nocivas, evitar los efectos perjudiciales derivados de la radiación y disfrutar de una iluminación y climatización naturales.
Además, la bioconstrucción se nutre de espacios bien distribuidos, una orientación y ubicación establecidas de antemano, sistemas de calefacción y energía automatizados y modernos, la máxima utilidad de los recursos… por lo que incrementa el bienestar de aquellas personas que disfruten de un hogar sostenible.
Actívitas Inversión Inmobiliaria, comprometida con el desarrollo de viviendas sostenibles
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Somos conscientes de la necesidad de cambio y avance en los procesos de construcción para preservar nuestro planeta, por lo que desarrollamos viviendas asequibles que cumplan con los criterios de sostenibilidad óptimos para cuidar nuestro entorno.
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