La domótica era un sistema exclusivo. Reservado para empresas o personas con un alto poder adquisitivo. Sin embargo, poco a poco, la domótica se ha hecho popular entre la población y no es extraño ahora encontrar sistemas domóticos en casa de amigos o conocidos. Las casas inteligentes ya son habituales, accesibles y económicas. En este blog de Actívitas hablaremos sobre los sistemas domóticos e inmóticos. También de sus ventajas, similitudes y los diferentes tipos de sistemas que hay en el mercado.
Qué es un sistema domótico
Un sistema domótico es aquel que está formado por aparatos inteligentes y que permiten automatizar el control y el funcionamiento de varios elementos del hogar. Tanto la gestión energética como la seguridad, la iluminación o incluso el bienestar en general.
Gracias a la domótica, estos aparatos tecnológicos se conectan a la red para hacernos la vida más fácil. Tal vez parezca ciencia ficción, pero las conexiones inalámbricas, el abaratamiento del coste de esta tecnología y la facilidad de uso e instalación han promovido que la domótica esté al alcance de la gente y no solo de las empresas.
Algunas de las ventajas de los sistemas domóticos son:
- Ahorro energético: Gracias a la automatización inteligente de la temperatura de la calefacción o el control total de las luces, el gasto en las facturas se reducirá mes a mes.
- Confort: La automatización es sinónimo de confort. Y es que desde una aplicación móvil podemos controlar toda la casa. Incluso cuando no estamos en ella. Por ejemplo, puedes encender el aire acondicionado antes de llegar a casa para que esté fresquito al llegar.
- Seguridad: Los sistemas domóticos son capaces de simular actividad en la vivienda con el objetivo de ahuyentar a los posibles ladrones.
- Accesibilidad: La domótica es un plus para aquellas personas con alguna limitación funcional o discapacidad. Esto se debe a que la domótica facilita muchas tareas y, por ende, permite que estas personas puedan ser más independientes. Algunos aspectos que destacamos son las acciones programadas, la emisión de mensajes de emergencia o la vigilancia remota.
Qué es un sistema inmótico
La inmótica está orientada a inmuebles como hoteles, centros comerciales, escuelas, universidades y hospitales, entre otros. Así pues, la inmótica son las tecnologías que se utilizan para controlar y automatizar de forma inteligente los edificios públicos o de uso comercial. El objetivo: que el interesado pueda gestionar de forma eficiente el uso de la energía, además de aportar seguridad, confort y comunicación entre el usuario y el sistema.
Los sistemas inmóticos son más complejos y caros que los domóticos.
Diferencias y similitudes entre domótica e inmótica
La principal diferencia entre domótica e inmótica se establece según el lugar donde se hace la instalación. Como ya hemos comentado, la domótica es la tecnología que se utiliza en los hogares, en las viviendas, y la inmótica, en edificios de uso público o comercial.
No obstante, la tecnología que se usa para estos dos sistemas es muy similar. Y es que, al fin y al cabo, la principal función de estos sistemas tecnológicos es conseguir un ahorro energético. Además, por supuesto, de facilitar la gestión del espacio.
Los 3 sistemas de domótica más populares
Cada vez son más los aparatos de control y automatización que ofrece el mercado. Desde sistemas domóticos completos hasta dispositivos de uso espontáneo. Algunos inalámbricos y otros no y algunos que, incluso, permiten el control por voz.
Las ventajas que aportan unos y otros son distintas. Sin embargo, todos tienen el objetivo de facilitarnos las tareas del día a día.
1. Sistema domótico cableado
El sistema domótico cableado es el primero que apareció en el mercado. Poco a poco va desapareciendo; sin embargo, se sigue utilizando en el sector empresarial. Para instalar este sistema domótico se necesita un sistema centralizado que conecte todos los dispositivos a través del cableado. Se trata de un sistema que permite controlar cada detalle. Sin embargo, cabe mencionar que está pensado para empresas debido a su alto coste de instalación.
2. Sistema domótico inalámbrico
Es el sistema domótico más utilizado en la actualidad. De hecho, es el que se encuentra en la mayoría de los hogares. Este sistema funciona sin cables y permite controlar casi todos los aspectos de la vivienda desde el móvil. Solo necesitas descargarte una aplicación específica para ello.
Además, es importante recordar que funciona según su propia red de comunicación. No depende del wifi. Esto facilita que este sistema esté disponible las 24 horas del día y los siete días de la semana.
Todos los dispositivos de este sistema domótico se conectan a través de un Hub. Es decir, un ordenador central, que crea una red inalámbrica a la que se conectan todos los dispositivos.
El sistema domótico inalámbrico es fácil de instalar, por lo que su precio es más asequible que el del sistema cableado. Además, es fácil de usar.
Asimismo, hay diferentes tipos de sistemas domóticos inalámbricos:
- Domótica inalámbrica con Wifi
- Domótica inalámbrica con Li-fi
- Domótica inalámbrica con Bluetooth
Si tienes dudas sobre invertir en domótica inalámbrica, nosotros te animamos a dar el paso. Al principio, el coste puede ser elevado porque la tecnología es cara. Sin embargo, debes pensar en ello como una inversión a largo plazo. Ya que te acabarás potenciando el valor de tu casa. Además, notarás un ahorro en tus facturas y tu calidad de vida aumentará.
3. Dispositivos inteligentes de uso espontáneo
Entre los dispositivos inteligentes de uso espontáneo es popular el «Plug and Play». En español esta expresión hace referencia a enchufar, conectar y usar. Se trata de una tecnología que permite conectar un dispositivo informático a un ordenador sin tener que configurarlo.
De esta forma, el sistema «Plug and Play» dota de inteligencia a los elementos de nuestra casa. Un ejemplo de ello son los interruptores inteligentes que se conectan a la red wifi y que permiten controlar la iluminación a través de una aplicación móvil o un asistente de voz.
Estos dispositivos pueden trabajar de forma individual o colaborativa.
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