Cuidar el entorno natural es un factor imprescindible para aumentar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos. Debido a sus múltiples beneficios en la sociedad, las zonas verdes en la ciudad son espacios que deben ser cuidados y notablemente ampliados.
5 razones por las que las zonas verdes en la ciudad son importantes
Reducen la contaminación
Las zonas verdes son capaces de combatir la contaminación del aire, pues los árboles absorben CO2 y producen oxígeno, regulan la temperatura y la humedad del ambiente, filtran la radiación e incluso reducen la contaminación acústica derivada del tráfico urbano.
Por otra parte, contribuyen a la conservación de la biodiversidad, pues protegen la reproducción de especies y la conservación de las plantas, el suelo y la calidad del agua.
Aportan bienestar emocional y calidad de vida
Se ha demostrado que la naturaleza es capaz de reducir los niveles de estrés, ansiedad y angustia de las personas.
Disfrutar de un entorno natural fomenta la relajación, la creatividad y la reflexión. Por tanto, las zonas verdes en la ciudad son capaces de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos.
Fomentan la vida social
Las zonas verdes en ciudad son espacios de encuentro social, sobre todo entre los jóvenes.
Fomentan la realización de actividades al aire libre como jugar al fútbol, a las cartas, intercambiar ideas y conversaciones, etc. Son entornos en los que se crea un ambiente de comunidad.
Aumentan la concienciación ambiental o ecológica
Cuidar las zonas verdes transmite, de manera simbólica, la importancia del medio ambiente tanto en el entorno urbano como en el rural.
Estar en contacto con la naturaleza es imprescindible para generar una conciencia social respetuosa con el medio ambiente. Por ello, construir espacios naturales es un factor necesario para, inconscientemente, sensibilizar a la población y fomentar su preocupación por conservar y cuidar la naturaleza.
Promueven la actividad física
Hacer ejercicio en la ciudad no es tarea imposible, pero sí algo compleja. La gente, el ruido, el escaso espacio, etc. hacen de esta idea algo poco atractivo y evitable por la mayoría.
Por eso, las zonas verdes en la ciudad animan a la población a realizar ejercicio en un espacio cercano a su domicilio donde respirar tranquilidad.
Zonas verdes en la ciudad de Madrid
Desde hace unos años, la capital empezó a sufrir una transformación urbana que continúa en la actualidad. El objetivo es aumentar las zonas verdes tanto en el centro de la ciudad como en la periferia.
Actualmente, Madrid cuenta con más de 6.000 hectáreas de zonas verdes, es decir, 18 metros cuadrados de naturaleza por habitante.
Algunas de las joyas verdes de la comunidad son la Casa de Campo, el Parque del Oeste, el Parque del Retiro, el Parque de Tierno Galván, el Parque Lineal del Manzanares, el Parque del Cerro del Tío Pío (más conocido como el de las Siete Tetas), el Parque del Capricho, etc.
Sin embargo, el Área de Desarrollo Urbano, encabezada por Mariano Fuertes, ha desarrollado la estrategia “Madrid, isla de color” para transformar y modernizar el espacio urbano a través de la creación y ampliación de nuevas zonas verdes en la ciudad.
Las tres líneas estratégicas a seguir son:
- Crear un cinturón forestal que bordeará toda la ciudad de Madrid y tendrá una longitud de 75km, el Bosque Metropolitano.
- La renaturalización de los espacios libres mal conservados en los barrios (solares desocupados, áreas entre bloques, etc.) a partir de la estrategia “Barrios Productores”. El objetivo es favorecer el emprendimiento local en sectores como la agricultura, la jardinería, la nutrición, etc.
- Naturalizar los edificios creado fachadas verdes, superficies ajardinadas en altura, utilizando materiales sostenibles, etc.
En 2020, por segundo año consecutivo, la ciudad de Madrid fue reconocida “Ciudad arbórea del mundo” por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y por Arbor Day Foundation.
Tan solo 59 ciudades más han obtenido este galardón internacional. Algunas de ellas son París, Dublín, Quito, Nueva York y San Francisco.
En definitiva, las zonas verdes en la ciudad reducen notablemente la contaminación, producen oxígeno, favorecen las reuniones al aire libre, fomentan la desconexión, el vínculo con la naturaleza y permiten que las personas reduzcan su ansiedad y estrés. Por todo ello, merecen ser cuidadas con especial atención.
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