Tener un hogar conectado no consiste necesariamente en llenar la casa de artilugios electrónicos, ni en revolucionar tecnológicamente tu vida doméstica hasta dejarla irreconocible. En la mayoría de los casos, lo único que tienes que hacer es reemplazar (cuando toque) algunos de tus electrodomésticos con versiones más inteligentes de los mismos, o instalar determinados dispositivos que permiten hacer un uso más inteligente del consumo de tu electricidad, ofreciendo más control sobre sus parámetros de uso.
Por supuesto, si eres un fanático del Internet de las Cosas (el internet de las conectadas a la red, se entiende), puedes sofisticar tu vivienda hasta donde quieras, y controlarlo todo por control remoto desde el teléfono móvil si así lo deseas, pero no es necesario llevar las cosas hasta este extremo. Si quieres ir más despacio con tu hogar conectado, puedes apuntar a metas menos ambiciosas.
Un hogar conectado, poco a poco
Conectar tu hogar ofrece tres ventajas primordiales sobre una vivienda convencional: 1) control, 2) información y 3) automatización. Dependiendo de cuáles sean tus objetivos, dispones de toda una variedad de soluciones a tu alcance, siendo nuestra recomendación la de adentrarte gradualmente en el ámbito del internet de las cosas.
Por ejemplo, puedes empezar por hacerte con un altavoz inteligente, cuyo funcionamiento es muy similar al de los asistentes virtuales de los teléfonos móviles. Los altavoces inteligentes se conectan a internet y permiten hacer búsquedas en la red mediante instrucciones de voz, igual que Siri de iOS, o Google Assistant de tu móvil Android. Ahora bien, estos dispositivos también permiten controlar otros que tengas conectados a la red WiFi de tu vivienda, como pueden ser las bombillas inteligentes, cuyo funcionamiento merece la pena conocer.
Las bombillas inteligentes se conectan a la red WiFi de tu casa, posibilitando que puedas controlarlas desde una aplicación móvil. Puedes programar horas de uso, regular la intensidad lumínica, hacer un seguimiento del consumo o incluso cambiar los colores de la iluminación. Obviamente, si la bombilla es inteligente, también podrás vincularla al altavoz correspondiente, para así controlar la iluminación mediante órdenes de voz.
El conjunto de “altavoz y bombillas” es el primer paso de muchos en su camino hacia un hogar conectado, pero existen otras soluciones a tu alcance si quieres seguir avanzando. Por ejemplo, ya existen neveras conectadas que se reabastecen solas, o aspiradores robot que hacen su trabajo de manera totalmente automatizada. Puedes instalar cámaras en casa que te avisan a través del teléfono móvil cuando se detectan movimientos poco habituales, o persianas que se abren y cierran solas en función del nivel de iluminación exterior.
Los termostatos inteligentes también merecen ser analizados, porque optimizan el consumo de gas o electricidad que destinamos a calentar o enfriar nuestras viviendas. Mediante estos dispositivos, no solamente podemos monitorizar la temperatura de toda la casa, sino hacer seguimiento de estancias concretas, gracias al uso de sensores. Todo ello nos facilitará que podamos economizar y reducir el importe de la factura final que nos cobra el proveedor de energía.
Porque, no nos engañemos, una de las principales ventajas del hogar conectado es poder monitorizar el consumo y actuar en consecuencia. En definitiva, se trata de poner la tecnología a nuestra disposición para consumir de una manera más inteligente.
Por último, y puesto que has aterrizado en la página web de Actívitas, ¿por qué no echas un vistazo a nuestras promociones de vivienda asequible? ¡Esto sí que sería una decisión inteligente!
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